VIAJAR TE HACE MÁS SEXY

Viajar te hacer mas sexy...¡y lo sabes!


Publicado 04-08-2016



Ser sexy no tiene nada que ver con el físico. Pero de esto te habrás dado cuenta ya, porque, si revisas tus grandes amores, no habrá entre ellos tantos modelos como personas normales que se sentían bien en su piel. Al final, resulta que la sexylexia es así: atrae como un imán y, como ya habrás notado, viene de fábrica con cualquier viajero irredento. La pregunta es: ¿Por qué? Las respuestas, aquí:


1. VIAJAR TE HACE TENER CONFIANZA EN TI MISMO

Nadie quiere salir con alguien que se ahoga en un vaso de agua, con el que, después de una hora, no es capaz de decidir qué plan de sábado quiere. Y muchísimo menos con el que arruina el almuerzo porque os encontráis a tu ex.

Los viajeros/as, sin embargo, han visto caer la noche en un pueblo perdido de Marruecos sin un sólo hotel y han logrado dormir en caliente y con un platazo de cuscús de cena. Es decir, han sabido darle la vuelta a lo que parecía una situación dramática y hacer de ella una experiencia memorable, y cuando lo recuerdan, se ven a sí mismos enfundados en mallas de súper héroe. ¿En serio crees que se van a preocupar por un antiguo amor o les va a parecer un problema a qué cine ir? ¡Están muy por encima de eso! Y eso, amigos y amigas, es TERRIBLEMENTE SEXY.

2. VIAJAR TE HACE TENER UNA MENTE ABIERTA

El viajero se ha sentado a hablar con todo aquel que tiene algo que decir y ha dinamitado en una sola conversación todos sus prejuicios (así que sabe que no tiene sentido tenerlos); la viajera ha hecho amigos en todo el mundo, y ha aprendido a respetar -y a veces, incluso a amar- tradiciones que, en principio, podrían parecerle ridículas.

Por todo eso, en su discurso no encontrarás el triste (y definitivamente, NADA SEXY) miedo a lo desconocido, sino pura curiosidad y ganas reales de conocer al otro. Y cuando estás delante de un tipo así, lo único en lo que puedes pensar mientras habla es curiosidad + nada de miedo ni prejuicios + mucha atención al otro = ¡BOOM!

3. VIAJAR TE HACE TENER INFINITOS TEMAS DE CONVERSACIÓN 

La persona que viaja ha visto demasiado (y ha investigado lo suficiente) como para no tener algo interesante que decir en cada momento. No es sólamente que te hable de anécdotas de sus periplos...; simplemente, pondrá su vasto conocimiento del mundo a disposición de vuestras conversaciones, en un despliegue que dejará obnubilado al oyente. O sea, tú. O sea,el cerebro es el órgano sexual por excelenciaO sea: aquí hay tema.

4. QUIEN VIAJA ES SIEMPRE APASIONADO 

Nadie recorre el mundo de punta a punta por pasar el rato; el viajero saborea cada instante de sus recorridos, desde que empiezan a dibujarse en su cabeza hasta que vuelve a casa y los rememora una y otra vez. Siempre te hablarán con pasión de todo lo que han conocido y de su próxima aventura, y no te extrañe que lo haga con la misma intensidad de sus libros preferidos o de la manera en la que más le gusta tomarse el té. La persona que viaja es apasionada por naturaleza, y sobra decir lo sexy que es eso... y los "usos prácticos" que tiene.

5. VIAJAR ES ESTAR CONTINUAMENTE ACTIVO

El cuerpo es, en cierta manera, como una dinamo: cuanta más energía gasta a través del ejercicio físico, más energía posee. Por eso al que no se levanta nunca del sofá le cuesta tanto arrancar, y por eso al que viaja le cuesta tan poco apuntarse a cualquier plan. Pero la cosa va más allá: tener el corpore sano (y pocas cosas hay que pongan las extremidades más a punto que un viaje) es exudar energía... y sustancias como serotonina.  ¿Y sabes para qué placentero menester es muy necesario tener alta la serotonina?

6. VIAJAR AUMENTA LOS NIVELES DE FELICIDAD

Lo contrario a una persona amargada podría ser, sin lugar a dudas, una persona viajera: ellos hacen de las vacaciones, el momento más alegre del año para cualquiera, una forma de vida. Se escapan entre semana si tienen un huequecito; logran ajustar todo su calendario para que los días libres se multipliquen y poder hacer ese viajazo que llevan tiempo soñando. Viven con la alegría de la escapada puesta. Y todos sabemos que una sonrisa sincera (especialmente si se acompaña de ganas de vivir muy a tope) es lo más sensual que hay.

7. VIAJAR DA UN PUNTITO DE MISTERIO MUY COOL 

Todo el mundo tiene un pasado, pero a veces, ese pasado es un rollo. Y por muy guapo que te haya parecido alguien al principio, conforme te va hablando de cómo ha hecho todo lo que se esperaba de él, de que no ha salido de su ciudad natal más que para ir a ver a sus abuelos al pueblo y de que sus amigos siguen siendo sólo y exclusivamente los del colegio, a ti se te va vaciando la barrita de amor.

En cambio, alguien que te cuenta que se fue a otro país a vivir durante un tiempo, que ha estado en no sé cuántas partes del mundo y que tiene tres viajes más planeados para este año, hace que tu corazoncito de trotamundos lata muy rápido. Y no sólamente porque de pronto creas que has encontrado a tu alma gemela, sino porque sabes que ha desarrollado toda una parte de su personalidad en lugares que tú no conoces, por sí mismo, a veces incluso solo, y que no dudará en hacerlo de nuevo, quizá contigo, quizá sin ti. Y claro, esa autonomía, ese no poder descifrar a alguien en cinco minutos, es prácticamente adictiva.

8.VIAJAR TE HACE CONOCERTE MUY BIEN A TI MISMO

El viajero sabe de qué va la vida y, de alguna manera, ha encontrado su lugar en ella. Evidentemente, no es el que en la primera conversación de Whatsapp te admite que estudió su carrera "porque algo había que estudiar", ni el que -sin causa de fuerza mayor- vive con sus padres a pesar de llevar años trabajando.

Viajar te ofrece el tiempo y las circunstancias suficientes para saber quién eres en realidad, y si le preguntas por sus planes de futuro, un nómada te soltará algo así como que no tiene muy claro qué hacer con su vida, pero que sí que sabe lo que le hace feliz. Y que en cuanto tenga hijos, o sobrinos, los va a llevar a recorrer el mundo con él. Sus planes probablemente incluyan un par de años sabáticos, y, también probablemente, cambien con el tiempo, pero el mero hecho de que tenga claro por dónde quiere encaminar su vida ya es tan erótico como para ponerte a pensar en eso de los hijos... O, más bien, en lo que viene antes de tenerlos...

LA OPINIÓN DE LOS EXPERTOS

Todo lo antes expuesto está basado en hechos reales (en la redacción nos gustan bien viajeros), pero también en la opinión de expertos. Así, por ejemplo, María Garay, dating coach del portal de citas Meetic nos comenta: "La persona que viaja suele ser curiosa, despierta a la vida, llena de conocimiento, confía en sí misma y con una sed de aventura que la convierten en una persona activa y atractiva, con gran poder de adaptación y empatía..."

Y continúa: "Un auténtico viajero suele hacer preguntas interesantes que le permiten conocer mejor a los demás, y por otro lado, siempre tiene mil experiencias e historias que contar acerca de sus aventuras, lo que le convierte en el foco indiscutible de atención, y a los ojos de cualquiera se vuelve mucho más atractivo. Por lo general, la gente viajera es gente predispuesta a aprender y a entender otras culturas, lo que les hace personas de mente más abierta, fascinantes y sexys"

Por su parte, Alberto Bermejo, del gabinete psicológico Eidos, nos habla de los viajeros empedernidos, de los trotamundos: "Los trotamundos trasladan la imagen de que viven el día a día y afrontan sus experiencias cotidianas desde una perspectiva aventurera. Este tipo de viajeros se sienten más cómodos con relaciones menos comprometidas, y probablemente más apasionadas (si apasionada es la vivencia de sus viajes). Pero de todo hay en la viña del señor, si bien es cierto que las poses de libertad y aventura que destilan muchos trotamundos son característicamente sexys y atractivas a sus potenciales parejas".

"Salvo que un trotamundos lo sea para rehuir el contacto social, si se muestra sociable, afable y comunicativo en sus vivencias viajeras con nuevos amigos o compañeros de viaje,  ofrece signos de una buena estabilidad emocional, y encima es atractivo fisicamente, definitivamente podremos ponernos de acuerdo en que este trotamundos puede considerarse lo que el lenguaje popular entiende como "sexy", concluye Bermejo, describiendo, por cierto, a nuestra pareja ideal (suspiro).




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